CALLEJEA POR SUS VILLAS MEDIEVALES

ARTE, CULTURA Y TRADICIÓN

ARTE Y NATURALEZA SE FUNDEN EN EL PARQUE NACIONAL DE ORDESA

DE TORLA A BIELSA EL PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO ES INCREÍBLE

En torno al parque nacional de Ordesa puedes encontrar diferentes pueblos con un encanto único. Este es el caso de Torla, Broto, Áínsa, Tella, Bielsa y Escalona, que te ofrecen todo lo que puedes esperar en un viaje turístico. Si quieres disfrutar del turismo rural, en esta zona de la provincia de Huesca, en Aragón, vas a disfrutar.

TORLA

Para muchos es la puerta de entrada al parque nacional de Ordesa. Lo cierto es que, desde 2014, la población de Torla cambió su nombre a Torla-Ordesa, haciendo más notoria su importancia con respecto a este paraje protegido.

Sin duda, una de las mejores cosas que puedes hacer en él es disfrutar de sus múltiples rutas de senderismo, que te regalan paisajes increíbles. Por supuesto que la zona urbana no te dejará indiferente, con su arquitectura tan específica, asociada al Alto Aragón.

Aún podrás visitar las ruinas del castillo medieval, así como las casas solariegas, de gran riqueza cultural. Andar por su casco urbano te supone algo parecido a realizar un viaje en el tiempo, sobre todo por sus casas realizadas en piedra. Puedes conocer sus chimeneas “espantabrujas” que te permiten observar las antiguas supersticiones de los lugareños.

No te puedes perder tampoco la cripta de San Jorge, de descubrimiento reciente, pero que data de la época medieval. Un pueblo mágico, donde las costumbres antiguas aún se pueden percibir en cada paso que das al recorrerlo.

En sus numerosos restaurantes puedes disfrutar de la gastronomía típica, en la que se incluyen diferentes platos muy deliciosos, como el cordero al horno.

BROTO

Broto está reconocido como uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Huesca y del Pirineo Aragonés. Sus orígenes nos llevan hasta el siglo XII y, por suerte, aún puedes visitar edificios del siglo XVI, como la iglesia de San Pedro, que destaca por estar fortificada y, por supuesto, por su enigmática belleza.

Entre los parajes que no te puedes perder cuando llegas a Broto es la cascada de Sorrosal, de muy sencillo acceso, hecho que agradecen los turistas que disfrutan de tan impresionante salto de agua.

Tampoco podemos dejar pasar las diferentes rutas de senderismo y la cercana aldea de Oto. Aunque, dentro de su casco urbano, tienes edificios muy curiosos, como el que fue cárcel hasta el siglo XX y que, actualmente, puedes visitar para descubrir algunos de los grabados que datan del siglo XVIII, realizados por los presos.

Comer en sus restaurantes te hará disfrutar de esa gastronomía aragonesa tan reconocida. Desde unas migas a la pastora hasta la trucha o el ternasco asado. Cualquier plato que elijas lo degustarás plácidamente.

VILLA MEDIEVAL DE AINSA

Aínsa destaca por su historia medieval, que puedes visitar en su entorno urbano. Es uno de los pueblos más grandes de la zona, con tan solo dos mil habitantes. Su zona comercial facilita la atracción turística.

Entre las visitas obligatorias está la de su castillo, que data del siglo XI. Con influencia árabe y cristiana, te ofrece la posibilidad de visitar el Eco Museo Centro de Visitantes, ubicado en la torre del Homenaje.

Dentro del castillo debes ver el festival de música que se realiza en el mes de julio. Si visitas en septiembre el pueblo, puedes disfrutar de la Expo-feria que se lleva a cabo dentro de sus instalaciones.

Tras pasear por su casco antiguo, es preciso que te pares a degustar la gastronomía de la zona en los restaurantes de su majestuosa Plaza Mayor, que se calcula que puede ser originaria de los siglos XII y XIII. No dejes de probar el solomillo, las tripas de cordero rellenas, las migas y los caracoles, entre otras muchas opciones.

Una vez que has cogido fuerza con estos deliciosos platos, debes seguir recorriendo el pueblo, hasta llegar a la iglesia de Santa María, que data del siglo XI y el museo de Oficios y Artes Tradicionales, en la Casa Latorre.

Tella, la aldea mítica de las tres ermitas

Saliendo de Aínsa, puedes recorrer una ruta que te lleva a la aldea de Tella. Este pequeño paraje está lleno de encanto y muchas historias que tienen que ver con supersticiones. Está situada en la entrada del parque nacional de Ordesa, delimitando también con el Monte Perdido.

Entre sus construcciones puedes encontrarte con tres maravillas de la arquitectura románica aragonesa. Se trata precisamente de tres ermitas, las más antiguas de la provincia, que son de obligada visita.

También debes conocer la Cueva del Oso Cavernario, su famoso dolmen y la leyenda que hay en torno a esta pequeña aldea, también conocida como el pueblo de las brujas. La magia está presente en todo su recorrido.

la villa de bielsa

Bielsa es una villa situada en el Pirineo Aragonés, cerca de la frontera francesa. Sabrás reconocerla por su paisaje rodeado de montañas que superan los 3 kilómetros de altura. Como verás, es un paisaje precioso, que no tiene desperdicio.

Aunque tuvo que ser casi completamente reconstruido, después de la guerra civil española, consigue mostrar ese encanto de la arquitectura aragonesa de los pueblos de montaña.

Destacan sus rutas de senderismo, así como los ibones que puedes apreciar a su alrededor, siendo el más conocido el ibón de Plan. No te vayas de Bielsa sin probar las migas famosas de Huesca.

Escalona y sus cascadas

Uno de los enclaves turísticos más visitados cerca de Escalona son las cascadas. Su buena acogida a los visitantes la convierten en un destino ideal para visitar otras poblaciones cercanas, como Aínsa, que está apenas a 10 kilómetros de distancia.

Toda la naturaleza que te puedas imaginar, además de la posibilidad de moverte fácilmente por el parque nacional de Ordesa, conociendo las poblaciones limítrofes, es la ventaja de hospedarte en Escalona. No pueden faltar los restaurantes en donde probar la comida aragonesa, reconocida por sus migas y sus carnes.

De Torla a Escalona, el Ordesa te ofrece una de las mejores vistas de todo el Pirineo Aragonés. Sus encantadores pueblos, llenos de historia, harán que no te quieras ir. También te seducirán sus platos, llenos de sabor y tradición.