Broto, a orillas del río Ara, es un encantador pueblo pirenaico que combina tradición, historia y naturaleza. Su casco antiguo, la Cascada del Sorrosal y su proximidad al Parque Nacional de Ordesa lo convierten en un destino perfecto para desconectar.
«Broto la puerta mágica de Ordesa»
Situado a orillas del río Ara, Broto es un encantador pueblo que combina tradición y naturaleza en un entorno privilegiado. Su historia se refleja en monumentos emblemáticos como la Torre de la Cárcel, que data del siglo XVI, y su puente medieval de piedra, que conecta el pasado con el presente.
Historia, naturaleza y calma en el corazón del Pirineo.
En Broto, la autenticidad de su arquitectura y el sonido del agua de la Cascada del Sorrosal crean un ambiente único, perfecto para conectar con la naturaleza y disfrutar del Pirineo en estado puro.
Broto es una pintoresca localidad situada en el corazón del Pirineo aragonés, en el Valle de Broto, a orillas del río Ara. Este encantador pueblo es reconocido por ser una de las principales puertas de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, lo que lo convierte en un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el turismo activo.
El casco urbano de Broto conserva su autenticidad y encanto tradicional, con calles empedradas, casas de piedra con tejados de pizarra y detalles arquitectónicos que hablan de su historia. Entre los puntos de interés más destacados se encuentra la Torre de la Cárcel, una construcción del siglo XVI que antaño sirvió como prisión y hoy es un recordatorio del pasado medieval de la región. También sobresale el puente medieval, un elegante ejemplo de ingeniería antigua que atraviesa el río Ara y ofrece vistas espectaculares del entorno natural.
Uno de los principales atractivos de Broto es la Cascada del Sorrosal, un impresionante salto de agua que se encuentra a pocos minutos del centro del pueblo. Además de ser un lugar ideal para admirar la fuerza de la naturaleza, la cascada es popular entre los aficionados al barranquismo, que pueden ascender por sus paredes a través de una vía ferrata.
Desde Broto parten numerosas rutas de senderismo y actividades al aire libre, que van desde tranquilos paseos por el valle hasta exigentes excursiones hacia las cumbres del Pirineo. La gastronomía local, basada en productos de la tierra y recetas tradicionales, completa una experiencia inolvidable.
Broto es mucho más que un lugar de paso; es un destino único que combina naturaleza, historia y cultura, y que invita a desconectar del ritmo diario mientras te sumerges en la majestuosidad de los Pirineos.